Poema: No me mueve mi Dios para quererte de Amado Nervo

Señor, sin esperanza de un bien terreno
ni celeste, sin miedo de tu grandeza,
he de ser bueno, en nombre de la belleza,
del ritmo y la armonía que hay en ser bueno.

Y quiero estar sereno, siempre sereno,
como la santa madre naturaleza
en las tardes de otoño, con la realeza
de un mar que late en calma como un gran seno.

Y quiero amarte sobre seres y cosas,
porque de las criaturas esplendorosas
eres el Arquetipo y el Soberano,

¡Porque encarnas en todas las mujeres hermosas,
porque enciendes los astros y perfumas las rosas
y dilatas la hondura del rebelde oceano!
 

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